martes, 3 de noviembre de 2020

Vida

 

Quizá y solo quizá llegue un día en el que sepa quién soy.

Choqué frente a mí misma delante de aquel café una mañana de octubre y me di de bruces contra la amarga realidad, la vida, el mundo, este eterno círculo que no para, vino a recordarme lo duro de la existencia. Había vivido toda mi vida una realidad sin demasiados golpes, lo cual no quiere decir que no tuviera momentos malos, pero nada que ver con lo que se presentaba ante mi en ese momento. Incapaz de vivir sin miedo, esa era yo, aferrándome a la vida, apreciando por encima de la normalidad todo lo bueno que me rodeaba…

Dos meses más tarde, con la peor de sus caras y la más real de sus realidades se volvió a presentar ante mí, le pasaba a mucha gente ¿Iba a ser yo menos? No lo creo…

Años después, me di cuenta de lo especial que hay en mí, de lo poco que supe valorarme, valorarlo, quererme, de lo mucho que me abandoné. Dejé atrás mi locura, mi sonrisa, mis libros y lecturas, mi afán por aprender, mi amor por la montaña, mis sueños de niñez y adolescencia, mi costumbre de escribir, personas que fueron luz en su momento; Pero me di cuenta y mientras leía viejos mails olvidados, entré en mi viejo blog olvidado que tanto me dio en su momento y leí mis escritos, allí seguían recordándome quien era.

Decidí volver, a retomar las cosas que me hacen feliz, luchar por mis sueños, querer a mi yo pasado y al presente, mimarlos, volver a bailar, a sonreír como lo hacía, he aprendido a vivir sin esas personas que la vida me arrebató sin avisar, he aprendido a aceptarlo y siempre vienen conmigo, allá donde voy.

No te entenderá aquel que no sepa vivir la vida intensamente, aquel que no ame la locura de ser diferente, de no aceptar lo que todos hacen porque todos lo hacen, el que no baile bajo la lluvia, el que no se estremezca cuando siente como las gotas de lluvia caen sobre su piel, el que no dé gracias a la madre tierra por esa mágica lluvia, por el olor de la tierra cuando se moja, por oír el sonido del bosque, de las montañas, del mar…

No te entenderá aquel que no se estremezca ante un amanecer, ante las notas formando una melodía, ante un buen libro, ante una mirada cargada de emoción, aquel que no sienta a las personas que ya no están.

 

Como hace poco oí decir a Pau Donés, la vida es aquí y ahora, AQUÍ Y AHORA.

Pongo la mano en mi corazón y sigue latiendo, vivo, existo y siento, trato de ser feliz y eso es lo único que importa.

Continuará…


B.S.O. Sacrifice. Steve Jablonsky

1 comentario:

Iván Toledo dijo...

El día que la gente lea tus relatos serás famosa mi pequeña gran artista.