domingo, 1 de junio de 2008

Libros, librerías y lugares cargados de poesía














Hace unos días me regalaron un libro, adoro que me regalen libros, creo que es uno de los mejores regalos que se me pueden hacer. Los libros forman parte de mí, a veces y algunos por obligación y muchos, posiblemente la mayoría, por gusto.Cuando visito una librería soy como una niña rodeada de juguetes, miro y miro, busco y rebusco, podría estar horas paseando entre ellos, para mi es casi inevitable comprar aunque solo sea uno y llegar a casa y gustosamente hacerle un sitio en mi espacio. Acerca del maravilloso mundo de las librerías ya hay un artículo en mi blog, que explica a la perfección el panorama general de librerías a nuestro alcance, pero hoy os presentaré una librería que no llegué a conocer a tiempo...
Un día, hace ya algunos meses, mientras paseaba por el barrio del Carmen de Valencia descubrí algo que llamo mi atención, era una casa antigua con las puertas y ventanas cerradas pero obviamente esto no fue lo que llamo mi atención, lo hizo el letrero que estaba pintado a mano en la pared que decía así: La Poëme (librería de poetas), quizás sea que por donde vivo no suelen haber este tipo de lugares pero me sorprendió, nunca antes había visto una librería de poetas, la pena fue que estaba cerrada y que parecía cerrada ya desde hace algún tiempo y buscando información sobre si seguía abierta o no encontré esto:

La Poëme cerrada:
"La Librería de poetas inició su andadura el pasado 1 de septiembre en Valencia, con diversas iniciativas vinculadas a la lectura de poesías, así como otras propuestas poéticas. Un negocio, verdaderamente, poético. O una economía de la poesía, dado que por allí han pasado poetas, actitudes y obras poéticas, se vendieran o no. Eso sí, que no ha perdurado y Ricardo, su responsable, ha cerrado"

¿Es que no hay poetas? ¿Es que no hay lectores de poesía?Supongo que si los hay, en realidad no se muy bien que es lo que pasa, si la gente lee o no, pero una servidora como lectora empedernida y poeta frustrada reivindica su apoyo a las librerías, las que son y serán, las grandes y las pequeñas, las que nos ofrecen esos valiosos tesoros y que nos ayudan a ampliar de manera cuantiosa nuestras bibliotecas personales.Para mi es un placer pasear por una librería, con una música excelente de fondo, una luz adecuada y un vendedor de libros como el de Nothing Hill, o como Frank Doel de Marks & Co (puestos a pedir).
Y un domingo lluvioso como este le hago un sitio en mi blog a la librería misteriosa de poetas, a esa que nunca llegué a conocer y que sin conocerla ya me cautivó, le hago un sitio a la Pöeme y a otras tantas como ella.

11 comentarios:

Eric GC dijo...

Pues me hubiera gustado visitarla. Te has dado cuenta que la Pöeme rima con la Bohème? Menuda curiosidad, no? A parte de este detalle, decirte que sí. Hay poca gente que lee. Cada vez son menos. Fíjate que ni siquiera se leen los periódicos (aunque sólo sean los titulares). Pero esta es nuestra sociedad. El problema radica en que todos ellos no se dan cuenta que, la lectura y los libros, son lo único que perdura desde el principio de los tiempos y que siempre lo hará. La tecnología no puede compararse con este mundo maravilloso de tinta y papel, de ratos inolvidables y la imaginación al poder. Sabiduría legendaria que forma parte de tí y de mí. Me hubiera gustado ir a la librería de poetas. Una pena que cerrara.

Lienzo tierra dijo...

Qué bonita entrada. Mi regalo preferido también es un libro. ¡Es que te regalan horas y horas de disfrute!

Pena que cerrara. A mí también me gusta perderme en las librerías. Me imagino todas las cosas interesantes por leer que me pierdo y me vuelvo loca mirando todo sin dar abasto. Nunca veo la hora de irme.

Besos Inés.

Josep dijo...

La peculiaridad del Carmen de Valencia estriba en que es un barrio vivo. Las pequeñas tiendas nacen con la misma naturalidad con que otras van desapareciendo.
Lo maravilloso del Carmen está en los comercios y boutiques de los de toda la vida. Así, por ejemplo, en la "plaza de la Redonda" podemos encontrar periquitos, babis y buzos de mecánico malísimos, platos horribles de recuerdo de Valencia, que por cierto nadie compra.
Al tiempo que cierra sus puertas "La Poëme", hoy en día aún permanecen abiertas "L'Auca", librería de lance de las buenas y bonitas en la plaza Lope de Vega. La librería "Carabó", en la calle Estameñería, no lo tengo claro si en el nº 2 o 8, de las de toda la vida. "Detrás de la Lonja", se llama así, en ella podemos comprar viejos comics y novela rosa, y creo que Manolo, que es su dueño, también vende comic porno,..., aunque eso no sé si debería decirlo, jeje. El "Asilo del Libro", en la calle San Fernando, dicen que es un icono para los puristas.
Pero en El Carmen también podiamos encontrar una gran variedad de artículos curiosos: la "Clínica de las Muñecas", estaba en Caballeros, desapareció en los 90, no sé si sigue, ahora debe ser un pub muy freaky lleno de piernas y cabezas. El "Lleó de Ferro" era una tienda de artesanía, sobre todo de alfarería y regalos que desapareció en 1979 con la crisis, en la calle Tapinería. La conozco porque su dueña era la madre de una amiga de una amiga mía, cosas de niñez. También puedo hablar de la "Droguería Francisco Corvellat", en la calle Corregería, donde van todos los estudiantes de BBAA al menos desde los años 80. O la tienda de "Tejidos Chipre", en la calle Derechos, ropa de trabajo, no sé si todavía existe, pero gustaba a los del barrio. O "Encuadrenaciones Llorens", o "Cirios Filipo" o "El Señor Cogollo", una tienda de marihuana.
"La Poëme", me ha hecho repasar todos estos paseos por Valencia, que casi ya ni recordaba.
Así es la vida de las pequeñas tiendas en el Carmen, nacer, despuntar y morir, por mucho que nos parezca injusto.

Cuidate mucho Inés,y siiigue escribiendo

Josep

Anónimo dijo...

A mí me encantan también las librerías. En especial las delibros viejos, las que no insisten en el último bestseller. Suelen estar regentadas por gente con mucha afción y conocimiento. Los viajes de trismo que más disfruto son los que incluyenlibrerías, jardines y exposiciones.
Cuídate Inés

Santiago

Inés dijo...

Hola Eric,
la verdad es que una pena no haber ido antes de que la cerraran...ah! y si, me había dado cuenta de la rima...es curioso. cuidate
Un besito

Hola Pepito,
veo que conoces bien el Carmen de Valencia, la verdad es que a mi me encanta pasear por sus calles como tu bien dices es un barrio vivo y que tiene su propia esencia, tanto el barrio, las callecitas, las tiendas, la gente que por allí merodea,una pasada.
Por cierto, conozco al hijo del dueño del Carabó y al dueño también aunque no tanto, además vienen normalmente a la feria del libro antiguo y de ocasión a Castellón, son gente muy maja (no sabía lo de los comics...jejeje)
Un beso grande

Hola Santiago!
menuda alegría ver tu comentario, ya tenía ganas de que algun día pudieras ponerme un comentario.
A mi también me encantan las librerias de libros viejos, encuentras cada cosa...además como tu bien dices el trato suele ser muy bueno. Y por supuesto librerias, jardines y exposiciones son tres elementos a tener en cuenta en cualquier viaje (toda la razón), nos vemos esta tarde.
Mil gracias por leer mi blog, por tu comentario y por el libro que me regalaste, magnifico.
Un beso

Inés

Anónimo dijo...

Inés...cuanto tiempo sin pasarme por aquí. No me paso mucho ni por el mío jeje.Prometo leer entradas antiguas. Me ha encantado la entrada y me uno a vuestra tu petición de más librerías de este tipo. Siempre que voy al extranjero busco una librería de segunda mano en cada ciudad que voy o una librería antigua y busco un libro para llevarme de recuerdo (en inglés, porque los demás idiomas no suelo entenderlos) de poesía o de lo que me parezca. Y me encantan esa librerías de segunda mano pequeñas y oscuras, todas llenas de libros viejos. En Copenague entré en una que había un señor mayor y una chica joven vendiéndolos que se portaron genial. A ver si me paso por la que tú dices aunque sea para verla por fuera.

¡Un beso!

Graciela Bello dijo...

Muy linda tu evocación de la librería que tuvo que cerrar.
Me recordó (así como la de Nothing
Hill) la de la película "Tienes un e-mail", la librería infantil en la que Meg Ryan narraba cuentos a los niños y era un lugar mágico.
En esa historia también cerraba porque le ponían una Mega-librería cerca.
Aquí en Buenos Aires aún quedan (pocas)librerías mágicas:
una se llama "La nube" , es una libreria infantil y biblioteca donde hay primeros ejemplares, títeres antiguos y otras maravillas que su dueño colecciona.
Conozco otra, una librería chica cerca de mi casa, que no sé como sigue subsistiendo pese a las "grandes" que abrieron últimamente, creo que la razón es que el personaje pequeño que la atiende, que trepa en una escalerita y siempre encuentra lo que uno está buscando, en realidad es un duende.
Un beso,
graciela.

Joss dijo...

Es una pena que todo eso se este perdiendo,en mi ciudad hay una libreria muy puqueña,donde siempre huele a te,el dueño es un loco de los libros,y la verdad que cada vez que voy respiro la magia de ese pequeño rinconcito,la verdad es que yo disfruto mucho.

Un besito.

oscurosilencio dijo...

¡Hola!

acabo de ver esta entrada buscando en google sobre las librerias de poesia de valencia(si las hay) y te dire que aunque solo una vez tuve el gusto de entrar a esa libreria (para cuando quise vovler estaba cerrada)y era un sitio increible , a mi me cautivo , el dueño es un tio muy peculiar, esa mañana me ido en busca de esa libreria que supuestamente esta en benimaclet , pero no he podido encontrarla , aunque me resisito a pensar que haya desaparecido del todo . . . tu no sabras si el cambiar delocal les funcio o si tuvieron que desaparecer del mapa completamente ??


es que me interesa mucho ese lugar!!


un beso

இலை Bohemia இலை dijo...

Saludos, aquí otra bohemia quecomparte tus mismos gustos y el mismo amor por los libros...me encanta que me regalen libros y andar rodeada de ellos...Me gusta tanto como la música que destilatu blog...

Te encontré a través del blog de Graciela y fue un placer...

BSS

Anónimo dijo...

Soy Ricardo, el dueño de La Poëme que no ha cerrado, sólo ha cambiado de ciudad.

El Carmen es muy lindo para emborracharse o drogarse pero no para vender libros. Mi horario en ese barrio se alargaba hasta las 3 de la madrugada (más o menos). En fin, una especie de no-vida.

La gente sí lee poesía. Mucha gente. Pero no en ese barrio (llegaron a confundir a Leonard Cohen con los hermanos Coen por ejemplo). Un poco desesperante y aburrido. Valencia no tiene vida, es una ciudad de provincias que languidece al borde del mar aunque finja ser grande, con todos esos fastos de la F1 y de la Copa América.

La Poëme no muere, sólo se traslada a otra ciudad.

Besos a todos y todas